domingo, 27 de octubre de 2013

Discurso de la fotógrafa Annie Leibovitz recogiendo su premio Principe de Asturias de la Comunicación 2013


Es un honor realmente extraordinario. Estoy profundamente agradecida y honrada por estar con ustedes esta tarde. Con este premio, me unen a un grupo maravilloso de artistas, escritores, compositores, arquitectos y cineastas. En este momento, me viene a la mente una galardonada anterior que significó mucho para mí: Susan Sontag.
Me siento muy orgullosa por estar aquí y mi orgullo es aún mayor al representar el medio de la fotografía. Hace quince años, en 1998, otro fotógrafo, Sebastiao Salgado –que sirve de inspiración a tantos de nosotros– fue galardonado por la Fundación.
Para mí, la fotografía representa la vida misma. Es comunicación y permite el intercambio de experiencias. Nos permite mostrar a otros lo que vemos, las cosas que nos fascinan, las personas y los lugares que amamos y apreciamos. Algunos fotógrafos desvelan nuestras dificultades y desdichas, aquello que nos traiciona y nos frena. Otros nos transportan a mundos que nunca podríamos visitar, o nos ayudan a entender mejor a personas a las que, de otra manera, nunca conoceríamos.
Al mismo tiempo, con una cámara podemos retener los momentos fugaces de nuestras vidas. Una fotografía posibilita que recordemos, por ejemplo, esa estampa increíble que nos fascina cuando la vemos y que luego desparece de nuestra visión. O ese memorable evento; ese lugar que visitamos una vez; nuestros hijos que crecen y cambian tan rápidamente. Las personas que amamos y de quienes aprendemos. Los momentos felices, tristes y profundos que animan y enriquecen nuestros días. La fotografía siempre ha tenido ese increíble poder para detener y retener el presente, antes de que desaparezca en el pasado.
Y, sin embargo, el valor de la fotografía como una actividad seria se ha puesto en duda desde la invención de las cámaras. Durante mucho tiempo, la cuestión era si la fotografía era arte o no. Finalmente se decidió que la respuesta era que sí, pero ahora la pregunta es si la fotografía ha muerto o no.
Hasta se hacen congresos sobre este tema. En uno de esos congresos se planteó recientemente que, aunque la fotografía podría no haber muerto, sí era muy probable que los que hubieran muerto fueran los fotógrafos.
Aquí y ahora, cuando más personas que nunca han aceptado la fotografía como forma de arte, otros se preguntan si la imagen fija podrá sobrevivir en esta era de la imagen digital, de los teléfonos con cámara, de las grabaciones de vídeo de fácil acceso y de la cada vez mayor influencia de la televisión y de Internet sobre el objeto fotográfico y la página impresa. ¿Es la fotografía menos especial que nunca, menos significativa, ahora que cualquier persona puede hacer una foto, que se hacen millones cada segundo y que nadie sabe si todas esas imágenes digitales van a sobrevivir o cómo lo harán?
La verdad es que la fotografía se inventó precisamente para que cualquier persona pudiera crear una imagen. Para que cualquier persona, de cualquier clase o posición social, pudiera tener una imagen de ella misma, o de sus familiares y amigos, o de los paisajes y las vistas y las cosas que fuesen importantes para ella. El poder de la fotografía es el poder de compartir nuestras experiencias con otras personas, al margen de las diferencias temporales, geográficas, de educación y de creencias. El poder de mostrar lo que, de otra manera, no podría creerse. El poder para detener y retener esos momentos que acaecen fugazmente a nuestro alrededor.
Pero ser fotógrafo es una elección.
Comprendí de joven que lo que hacía tenía importancia. A principios de la década de los setenta, tuve la suerte de formar parte de una revista,Rolling Stone, donde me tomaron en serio. Tan en serio como podía ser tomada una chica que trabajaba en una revista en la década de los setenta.
Mi vida transcurría de un trabajo a otro. Hacía fotos de los conciertos de rock pero nunca oía la música. Mirar no me permitía hacer nada más. El mirar me consumía. Mi estado de ánimo dependía de la última fotografía tomada. Si hacía una buena fotografía, estaba eufórica, viva. Si mis fotos no eran buenas, me sentía fatal, fracasada, deprimida. Hasta que hacía la siguiente fotografía buena.
Fui reportera gráfica en un primer momento y de pronto me vi haciendo retratos. El retrato me dio la libertad de poder tomar partido, de tener una opinión, de ser conceptual y de poder seguir contando historias. No tengo las habilidades sociales que tienen muchos buenos retratistas, pero amo la fotografía. La fotografía siempre ha sido lo primero.
Para el fotógrafo, la fotografía no es sólo algo que queda registrado. Es la expresión de un punto de vista. El trabajo del fotógrafo es expresar ese punto de vista de forma tan acertada y consciente como le sea posible, con su talento, experiencia e intuición.
El fotógrafo es quien registra la experiencia de la mirada y la transforma en una imagen duradera.
Humildemente, creo que este honor que me otorgan esta tarde refleja la convicción de que la fotografía tiene un poder increíble. Que a pesar de que está cambiando, la imagen es cada vez más relevante y tiene más fuerza en nuestras vidas que nunca.

domingo, 21 de octubre de 2012

Cámaras Lomo. Lomography II.


Estoy de vuelta para terminar lo que empecé el último día. Voy a contaros un poquito a cerca de algunos
tipos de cámaras lomográficas que conozco.

ColorSplash: Esta cámara lleva un flash integrado con una bobina rotatoria donde le vas introduciendo los filtros de colores más interesantes en cada momento. Hasta 12 colores distintos.
Diana: Esta es un auténtico culto al plástico sesentero, legendaria por sus imágenes ensoñadoras, etéreas, fantasiosas, radiantes y al mismo tiempo de auténtica baja tecnología. Dentro de esta tenemos dos tamaños: Diana F+ (también llamada Diana grande) y la Diana Mini. Aunque por fuera sean iguales, salvo por su tamaño, tienen varias diferencias:
            La diana F+ necesita carretes de 120, mientras que la mini puede usar carretes de 35mm. Lo que significa que, a la larga, la F+ sale bastante más cara. Con la F+ solo podrás sacar 12 o 16 fotos, con la otra hasta 72. Esta sería la ventaja de la Mini sobre la F+, aunque tiene una desventaja y es que no se le puede cambiar el objetivo, mientras que a la F+ sí.
Fisheye: La primera y única cámara en el mundo compacta, de pequeño formato, con lente “ojo de pez” incorporada.
L-CA: Su corazón late con exactamente la misma lente multicapas Minitar 1 32/2.8 (manufacturada artesanalmente por LOMO PLC en Rusia) y su cuerpo es robusto y metálico, con exposición automática y zapata universal para flash.
Oktomat: 8 rabiosas lentes que se accionan con un sólo click, 8 momentos que transcurren en 2,5 segundos y que se plasman en un sólo fotograma.
Pop9: Esta joya dorada, corona de la Lomografía, transforma instantáneamente el ambiente que te rodea en una gloriosa explosión de 9 imágenes idénticas.
Supersampler: 4 magníficas lentes superpuestas con las que se consigue en un solo fotograma una mini película en formato panorámico con dos posibilidades de velocidad.
Sardina: Este es el último juguete inventado por lomo. La Sardina es una cámara de 35mm (los carretes más fáciles de encontrar), tiene posición “bulb” para hacer exposiciones largas y es automática, así que no tendrás que preocuparte de distancia o luz  ¡sólo de disparar!

Os dejo una imagen con algunas cámaras de las que he hablado.
Los precios de estas cámaras sin flash suele ser de 49 euros, con flash 89. Si os interesa alguna de las cosas que os he contado os animo a que busquéis más información y comencéis a lomografiar! Cuando empecéis no podréis parar! 

miércoles, 10 de octubre de 2012

“The future is analogue”. Lomography. I



Abro mi blog con una primera toma de contacto con un tema muy de moda: la lomografía. Si preguntas qué es la lomografía, seguramente habrá bastantes personas que no sepan responderte a esta pregunta, a pesar de ver y compartir esta tendencia fotográfica continuamente, en todo tipo de redes sociales, o tener en sus smartphones e iphones programas que imitan ésta técnica, como es instagram.
La lomografía nació en 1982 en San Petersburgo, y fue desarrollada por la marca LOMO, permite la captura automática de movimiento y color sin flash ni deformaciones, produciendo un error de gama, una saturación de color y la aparición de un caracterísitico viñeteado.
El descubrimiento lo protagonizaron dos estudiantes vieneses, Matthias Fiegl y Wolgang Strazinger. Compraron en un mercadillo unas cámaras L-CA, las cuales en ese momento estaban decayendo. Comenzaron a echar fotos sin mirar por el visor, y sin pensar en la captura. Tras revelar los carretes empezaron las sorpresas: fotos enfocadas y desenfocadas, luminosas, saturadas y frescas, transmitían sensación de excitación explosiva.
En la lomografía no existe otro mérito que el de estar en el momento y sitio adecuado, en el tiempo extemporáneo del disparo. La importancia es sacar fotos... no el resultado.
También puedes jugar con la doble exposición en un mismo fotograma. Esta tendencia fotográfica tiene todo lo bueno de la fotografía analógica, lo que implica la sorpresa de no saber qué tendrás en tu carrete y de arriesgarte. También tiene todo lo malo, como lo costoso de los carretes o el rebelado.
Existen muchos tipos de cámaras lomográficas, otro día os hablaré un poco de ellas. 
Anímate a ser un@ buen@ lomógraf@! Y acuérdate de cumplir las 10 reglas básicas de la lomografía:
1. Lleva siempre la cámara contigo.
2. Utilízala de día y de noche.
3. Lomografiar no interrumpe tu vida cotidiana, la pone en escena.
4. Dispara desde la cadera.
5. Acércate todo lo que puedas a tu objetivo.
6. No pienses.
7. Se rápido.
8. No es necesario saber lo que tienes en el carrete en el momento. 
9. Después tampoco.
10. Olvida estas reglas. 
De foto os dejo una muestra del que fue mi primer carrete lomográfico.